miércoles, 20 de mayo de 2015

Lecturas recomendadas Módulo 4


- ¿Cuál es la situación actual del SIDA en España?

- Modelos en 3D del ciclo de replicación del VIH (en inglés)

- Rápida extensión en Galicia de un tipo de HIV poco frecuente

- El origen y la diversidad del VIH

- El caso del bebé que se curó de SIDA

- Una docena de razones por las que es tan difícil curar el SIDA

- SIDA/VIH: tratamiento = prevención. El descubrimiento del año, según Science

Documentación 4.3


El SIDA sigue siendo una enfermedad incurable. Se conocen muy pocos casos de curación del SIDA: el denominado "paciente de Berlín", Timothy Brown, supuestamente se curó tras recibir un trasplante de médula ósea de un donante genéticamente resistente al VIH. Pero, ¿por qué es tan difícil curar el SIDA? Vamos a ver al menos cinco razones.
1. La velocidad de multiplicación del virus. El VIH se replica, se multiplica a una velocidad increíblemente rápida. El virus se multiplica tan rápidamente que podemos llegar a tener cientos de millones de partículas virales en un tubo de ensayo. En un paciente que lleva 10 años infectado puede tener en su organismo virus que son la generación 3.000 del virus que inició la infección.
2. La variabilidad del virus. La variabilidad del VIH es enorme, es mucho más variable que el virus de la gripe, por ejemplo. Uno de los factores que más contribuye a ello es que su genoma es de tipo ARN  y que su replicación depende de la enzima transcriptasa inversa, una enzima con una tasa de error (mutación) muy alta, comete muchos fallos al copiar el genoma y la reparación de esos errores es más difícil en el caso del ARN. Esto hace que más del 50% de los genomas virales contengan al menos un error. En un mismo paciente podemos aislar estirpes de VIH genéticamente distintas a lo largo de su vida.
3. Fallo terapéutico. Esta enorme variabilidad del VIH es la causa de que los tratamientos antirretrovirales fallen. Se conocen más de 60 mutaciones en el genoma del VIH que hace que éste sea resistente a más de 15 fármacos distintos y produzcan más de un 50% de los fallos terapéuticos. Para evitar estas resistencias, los tratamientos combinan tres fármacos, la denominada triple terapia, dos inhibidores de la transcriptasa inversa y un inhibidor de una proteasa del virus. Requiere además un seguimiento médico del enfermo.
Esta variabilidad también hace que la obtención de una vacuna contra el SIDA sea francamente difícil. La esperanza está puesta en las vacunas terapéuticas, es decir, vacunas que en vez de protegernos antes de la infección ayuden a controlar al virus en personas ya infectadas. Las vacunas terapéuticas contra el VIH tienen el objetivo de reforzar la respuesta inmune, las defensa del cuerpo contra el VIH con el fin de controlar mejor la infección. En la actualidad, no hay vacunas terapéuticas autorizadas pero sí varias pruebas en ensayos clínicos prometedores.
4. El VIH ataca nuestras defensas y se esconde. Otro problema es que la diana del VIH son nuestras propias defensas, el VIH destruye nuestro sistema inmune. Como hemos visto, infecta los denominados linfocitos T CD4, el director de orquesta de nuestras defensas, de nuestro sistema inmune. Al final, sin estas células es como si el enfermo se queda sin defensas. Pero no solo eso, el VIH también juega al escondite. El virus puede infectar también otras células en las que puede quedar latente durante mucho tiempo. El virus puede pasar desapercibido, escondido entre nuestras células, casi indetectable, esperando el momento para reactivarse.
5. África. Por último, el hecho de que más del 90% de los casos de SIDA están en países en vías de desarrollo dificulta su control. La triple terapia debe mantenerse de por vida, suele requerir varias dosis diarias, tiene efectos secundarios importantes y es caro en muchos países. Todo esto dificulta que muchas personas puedan tener acceso y seguir dichos tratamientos. La discriminación de la mujer en las sociedades de esos países y el que la infección por HIV sigue siendo un estigma social, dificulta también su tratamiento y facilita la extensión de la enfermedad.
Sin embargo, sobre el futuro del SIDA hay que ser optimista. Aunque de momento no haya vacuna y los efectos secundarios de la terapia sean importantes, los tratamientos actuales antirretrovirales han conseguido hacer del SIDA una enfermedad crónica: se pueden estar muchos años con tratamiento con una calidad de vida aceptable y evitando que aparezcan los síntomas del SIDA. La combinación de prevención, diagnóstico y tratamiento reducirá significativamente la incidencia de esta enfermedad en un futuro no muy lejano.
¿Qué probabilidad tienes de contagiarte de SIDA?
Ya hemos visto que los virus que se trasmiten por vía respiratorio, como el de la gripe, son más propensos a causar pandemias. El VIH no es un virus respiratorio, pero sí ha causado una gran pandemia. La probabilidad de contagiarte del SIDA depende de la vía de transmisión del virus. El VIH solo se transmite de persona a persona por distintas vías. A escala mundial, la mayor parte de las infecciones ocurren por vía sexual: en el África subsahariana y en el Caribe por relaciones heterosexuales, mientras que en Europa occidental, Estados Unidos, Canadá y Australia es más frecuente en hombres homo o bisexuales. También el virus puede pasar de la madre al hijo, durante el embarazo, el parto o la lactancia. Sin embargo, si se trata con antirretrovirales a la madre, el nacimiento es por cesárea y se evita la lactancia materna, la posibilidad de infección del bebé es mínima.
Las transfusiones de sangre o hemoderivados es otra vía de infección muy importante, especialmente en países donde no hay control sanitario. También es posible adquirir la infección por salpicaduras en mucosas o heridas de sangre o secreciones genitales infectadas por el virus. El pincharse con objetos infectados, como les pasa a los consumidores de drogas inyectables, es otra fuente de infección. Esta vía predomina ahora en los países Bálticos, Europa del este y Asia central. Aunque el virus VIH puede encontrarse en la saliva, lágrimas y sudor, la concentración de virus es tan pequeña en esas secreciones que no se han descrito casos de transmisión a partir de ellos.
¿Y los mosquitos? ¿Puede el VIH transmitirse por picadura de mosquitos como el dengue, la fiebre amarilla o la malaria? No, el VIH no es capaz de multiplicarse y permanecer en los mosquitos, por lo que aunque pique a un enfermo con el virus en su sangre, el mosquito no puede trasmitir el virus a otra persona. El SIDA no se transmite por mosquitos. Otro dato importante es que después de más de 30 años desde que se identificó el virus, no se conocen casos de infecciones por el contacto habitual dentro de la familia, el trabajo o la escuela.
El SIDA no se transmite por mosquitos.
La vía más eficaz de transmisión es la inyección de productos contaminados, como transfusiones de sangre o hemoderivados. La probabilidad de infección si la sangre está contaminada por el virus es superior al 90%.  Afortunadamente, en países donde hay control sanitario, las transfusiones de sangre son seguras. Un pinchazo accidental con una aguja infectada puede transmitir el virus en 3 de cada 1.000 exposiciones. Entre el 30 y el 50% de los hijos de embarazadas con VIH pueden nacer infectados si la madre no recibe tratamiento, pero esta proporción puede bajar hasta el 1% si lo recibe. Respecto a la transmisión sexual, la vía más eficaz de transmitir el SIDA es el coito anal: la probabilidad es de entre 5 y 30 infecciones por cada 1.000 exposiciones, siendo el riesgo mayor para la persona receptiva que para la que penetra. En el coito vaginal, la probabilidad de transmisión es mayor de hombre infectado a mujer sana que al contario, entre 1 y 2 infecciones por cada 1.000 exposiciones.
Además, hay otros factores que influyen. La probabilidad de contagio sexual aumenta si algún miembro de la pareja tiene otra infección de transmisión sexual, como la sífilis, por ejemplo, que produce úlceras; o cuando existe sangre, debido a la menstruación o erosiones; o cuando la cantidad de virus en la persona infectada es alta, lo que ocurre al inicio de la infección o si no se recibe tratamiento antirretroviral. Las personas con tratamiento correcto y que lo siguen regularmente tienen menor número de virus, lo que reduce el riesgo de infección para su pareja. Los hombres circuncidados también presentan menor riesgo de infectar a la mujer.

¿Por qué es tan difícil curar el SIDA?

Vídeo 4.3


Documentación 4.2


Los primeros casos de SIDA se describieron en 1981. Durante décadas la comunidad científica se ha preguntado de dónde provenía el virus y cómo había llegado a los humanos. ¿Por qué no se detectaron casos de esta enfermedad con antelación?, es que ¿el SIDA no existía antes?, ¿de dónde surgió el virus?, ¿cuál es su origen?, ¿hay más de un tipo de virus VIH o son todos iguales?
En 1992, la revista Rolling Stone publicó una historia que relacionaba la vacuna oral contra la polio (OPV, oral poliovaccine) como una posible fuente del VIH y de la epidemia del SIDA, lo que se ha conocido como la “hipótesis OPV/AIDS”. Tras una demanda, la revista rectificó y publicó una aclaración. Sin embargo, en 1999 el periodista Edward Hooper escribió un libro llamado The river: a journey to the source of HIV and AIDS (El río: un viaje rumbo al origen del VIH y el SIDA), en el que insistía en la hipótesis de que había un vínculo entre la vacuna de la polio y el origen del VIH.
A fines de la década de 1950, varios grupos de investigación desarrollaban vacunas contra la polio, que en aquella época era todavía una enfermedad epidémica en todo el mundo. Una de estas vacunas se usaba en pruebas en África, después de haber sido probada con éxito en Estados Unidos. El virus de la vacuna se fabricaba a partir de cultivos de tejido de monos, en concreto de macacos. La vacuna se aplicó a aproximadamente a un millón de personas en Burundi, Ruanda y la actual República Democrática del Congo durante 1958 y 1959. Según el periodista Hooper, las células animales utilizadas para cultivar el virus de la vacuna de la polio eran de riñones de chimpancés originarios del lugar donde se usó la vacuna, y esos chimpancés estaban infectados con el virus de la inmunodeficiencia de simios (VIS). Esta vacuna producida en un cultivo de células de ese tipo fue la causa de la infección humana causada por el VIH. Las afirmaciones de Hooper recibieron mucha publicidad, y todavía hoy en día hay gente que culpa del origen del SIDA a la vacuna de la polio.
Sin embargo, hay evidencias científicas que contradicen la hipótesis del vínculo entre la vacuna de la polio y el VIH. Se han analizado las existencias sobrantes de la vacuna contra la polio de esos años 1958/59, y se ha demostrado que se produjeron usando células de macaco y no de chimpancé, como afirmaba Hooper. Las vacunas no contenían ADN de chimpancé. Además, ninguna estaba contaminada con el virus VIH ni con el de los simios VIS. Por otra parte, en un estudio posterior se demostró que la cepa del virus VIS que afectaba a los chimpancés de la zona donde afirmaba Hooper que se había preparado la vacuna, era diferente genéticamente de las cepas del VIH.
Hoy en día no hay ninguna duda del origen de los distintos tipos de virus VIH y de que no existe relación entre la vacuna de la polio y el SIDA.
Sin embargo, las especulaciones pseudocientíficas de Hooper han perjudicado los esfuerzos mundiales para erradicar la polio. Todavía hoy en día, hay rumores de que la vacuna contra la polio ha sido contaminada intencionalmente con medicamentos para provocar la esterilidad, o que contiene virus que hacen surgir el VIH y desarrollar el SIDA, lo que conduce a rechazos locales de la vacuna en ciertas zonas de África. Un ejemplo de cómo el periodismo pseudocientífico puede llegar a ser culpable de obstaculizar la erradicación de enfermedades infecciosas mortales.
Vamos ahora a resumir los datos científicos que proporcionan los análisis genéticos comparativos entre distintos virus VIH. En realidad no debemos hablar del virus VIH, sino de los virus VIH. Existen distintos tipos, grupos y subtipos. La variabilidad genética del virus es enorme debido a las altas tasas de mutación y recombinación, y a su enorme capacidad de replicación. Un paciente con SIDA puede albergar miles de variantes genéticas del virus diferentes. En concreto, existen dos tipos distintos del virus del SIDA, llamados VIH-1 y VIH-2, cuyo origen es distinto y que son genética y antigénicamente diferentes. Los genomas del VIH-1 y VIH-2 tienen una similitud de sólo el 40-50%.
El VIH-1 corresponde al virus descubierto originalmente, es más virulento e infeccioso que el VIH-2 y es el causante de la inmensa mayoría de infecciones de SIDA en el mundo. El VIH-2 es menos contagioso y produce una enfermedad menos agresiva. El VIH-2 es frecuente en la zona de África Occidental (Camerún, Costa de Marfil, Senegal…)  y es más raro encontrarlo fuera de esta región. Además, dentro del VIH-1 se conocen cuatro grupos diferentes: M, O, N y P. A su vez, dentro del grupo M, el más numeroso, se han descrito hasta nueve subtipos genéticamente distintos, que se han denominado por las letras mayúsculas de la A hasta la K. La distribución geográfica de todos estos virus también es distinta (Figura 3). A veces, incluso ocurren infecciones mixtas que crean nuevos virus híbridos, son los que se denominan formas recombinantes circulantes (CRF). Como vemos hay varios tipos distintos de VIH.
¿Y respecto a su origen? El virus VIH tiene su origen en otros retrovirus deprimates no humanos,de simios, los Virus deInmunodeficiencia de Simios (SIV). El SIDA, por tanto, se puede considerar una zoonosis: una enfermedad infecciosa que se transmite de los animales al hombre. Esta transmisión de virus entre simios y humanos ha debido ocurrir en más de una ocasión, probablemente asociado a actividades de caza y sacrificio de primates para el consumo. Se conocen más de 40 especie distintas de primates no humanos, y cada una con su retrovirus específico. El virus VIH humano por tanto proviene de los retrovirus de monos. 
Figura 3. Tipos, grupos y subtipos diferentes del VIH y su distribución geográfica

El origen de los distintos tipos de VIH también es diferente. Todos provienen de retrovirus de primates, pero de distintos primates y en momentos históricos diferentes, y todos se han originado en distintas zonas de África. Al comparar las secuencias de los genomas de los VIH humanos y de retrovirus de simios, podemos concluir lo siguiente (Figura4). Los virus VIH-1 de los grupos M y N se han originado directamente, pero de forma independiente, de retrovirus de chimpancés (SIVcpz). Los virus de los grupos O y P están relacionados con el retrovirus de gorilas (SIVgor), y el origen del VIH-2 parece estar en los retrovirus de un tipo de macacos (SIVsmm). Aunque las primeras evidencias de infección por HIV en humanos son de 1959, los análisis genéticos sugieren que el grupo M es el más antiguo de los VIH y que debió apareció en las primeras décadas de 1900. El origen del grupo O puede ser alrededor de los años 20, la aparición del grupo N quizá sea de alrededor de los años 60, y el VIH-2 es más reciente, entre los años 60-70.
Figura 4. Origen de los virus VIH humanos. Fuente: Origins of HIV and the AIDS pandemic. Sharp, P. M., and Hahn, B. H. 2011. Cold Spring Harb Perspect Med[en inglés].http://perspectivesinmedicine.cshlp.org/content/1/1/a006841.full.pdf+html
Por tanto, el origen de los virus VIH está en los retrovirus de primates, de distintos tipos de primates, que en momentos concretos y en varias ocasiones distintas pasaron al hombre. Por fenómenos de mutación y recombinación, se adaptaron al nuevo huésped y acabaron siendo auténticos VIH humanos. No podemos descartar que este paso de virus de primates al hombre vuelva a ocurrir y que por tanto en el futuro se aíslen nuevas tipos de VIH.
Según un reciente estudio epidemiológico sobre la propagación del SIDA en África, el virus VIH-1 llegó a Kinshasa (capital de la República Democrática del Congo) alrededor de 1920. Durante unos treinta o cuarenta años apenas se propagó, pero en 1960 se extendió por todo el país rápidamente. Se produjo una coincidencia de factores, una “tormenta perfecta” que puede explicar su rápida propagación: el aumento de las grandes ciudades con una muy alta densidad de población, el desarrollo de una red de infraestructuras ferroviarias que conectaron las principales ciudades con otros lugares del África subsahariana, los cambios en el comportamiento sexual y el aumento de la prostitución, y el empleo entonces de jeringuillas reutilizables en los centros sanitarios. Estos cambios sociales y económicos que ocurrieron bruscamente pueden explicar la extensión del virus por el continente primero y por todo el planeta después. Ahora, más de 30 años después del descubrimiento de los primeros casos de SIDA, comenzamos a entender qué ocurrió. 

Origen y variabilidad del VIH

Vídeo 4.2


Documentación 4.1


El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) es un retrovirus y es el agente causante del SIDA (Síndrome deInmunoDeficiencia Adquirida), una enfermedad que sigue siendo incurable. El SIDA es la última etapa de la infección por el virus VIH.
Tras la infección con el VIH, comienza una primera fase aguda que puede durar unas semanas o meses con síntomas muy parecidos a los de una infección gripal. Continua con una fase de latencia, sin grandes síntomas aparentes, en la que el enfermo puede no ser consciente de la infección. Esta fase de latencia puede durar años (Figura 1).

Figura 1. Fases de la infección con el VIH.Se muestran la concentración de linfocitos T CD4 y de copias del virus (HIV RNA) a lo largo del tiempo, desde el comienzo de la infección hasta la muerte por SIDA.
El VIH destruye nuestras defensas, infecta un tipo de células sanguíneas, los linfocitos T CD4, que son como el director de orquesta de nuestras defensas, de nuestro sistema inmune. Dentro del linfocito el virus se multiplica y la célula acaba muriendo. Al final, la población de estas células del sistema inmune disminuye tanto que el enfermo se queda sin defensas. Es entonces cuando otros microorganismos oportunistas (otros virus, bacterias u hongos) aprovechan la inmunodepresión, se multiplican y el enfermo padece infecciones mortales (tuberculosis, neumonías, infecciones por herpes, citomegalovirus, salmonelosis, candidiasis) o algunos cánceres como el sarcoma de Kaposi o el linfoma de Burkitt (Tabla 1). En condiciones normales, el sistema inmune de una persona sana controla y mantiene a raya a estos microorganismos, pero la inmunodepresión que causa el VIH hace que sean mortales. Es entonces cuando el enfermo entra en la fase que se denomina propiamente SIDA. El SIDA ocurre, por tanto, cuando una persona está infectada por el virus VIH, su población de linfocitos T CD4 ha disminuido drásticamente y aparecen alguna de esas infecciones oportunistas.
Los tratamientos antirretrovirales consiguen alargar la fase de latencia, de manera que se retrasa mucho años (diez o más años) la aparición de los síntomas del SIDA. Por eso hoy en día, el SIDA puede considerarse una enfermedad crónica.
Algunos datos recientes del 2013:
  • 35 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo.
  • 12,9 millones tuvieron acceso a medicamentos antirretrovirales, lo que supone el 37% de los infectados.
  • 2,1 millones contrajeron por primera vez la infección por el VIH.
  • 1,5 millones fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA.
  • Las enfermedades relacionadas con el SIDA son la principal causa de muerte entre los adolescentes de entre 10 y 19 años en África.
  • La tuberculosis continua siendo la principal causa de muerte en las personas que viven con el VIH, se calcula que unas 320.000 personas han fallecido en un año a causa de dicha enfermedad.

Desde el comienzo de la epidemia, aproximadamente 78 millones de personas han contraído el VIH y 39 millones han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con este virus.
Lo más dramático de esta enfermedad es que más del 90% de los casos de SIDA ocurren en países en vías de desarrollo, principalmente la zona del África subsahariana y Asia oriental (Figura 2).Se calcula que solo en África puede haber 11 millones de niños huérfanos de padre y madre por el SIDA. Los tratamientos son muy caros para muchos de estos países.

Figura 2. Distribución de los casos de SIDA a nivel mundial. Datos de ONUSIDA de 2012
Según ONUSIDA es ahora cuando hay que actuar si queremos acabar con el SIDA en el años 2030. Por eso, el objetivo que se ha marcado ONUSIDA para los próximos cinco años se resume en 90-90-90. Esto es:
  • conseguir que el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico,
  • que el 90% de las personas seropositivas tengan acceso al tratamiento, y
  • que el 90% que tengan acceso al tratamiento logren una represión viral efectiva

Se trata en definitiva de mejorar el acceso al diagnóstico, a los tratamientos y al seguimiento de los enfermos. De esta forma se quiere reducir las nuevas infecciones por el VIH en más de un 75% hasta llegar a los 500.00 para el año 2020. En 2013, 2,1 millones de personas contrajeron la infección por el VIH en todo el mundo, de los que unos 240.000 eran niños. Lógicamente otro de los objetivos es conseguir CERO discriminación con la persona infectada por el virus.
Si conseguimos estos objetivos para el 2020, podemos soñar con parar la epidemia mundial para el año 2030, con el objetivo de conseguir “solo” 200.000 nuevas infecciones para ese año. De esta forma se calcula que se habrán prevenido cerca de 28 millones de nuevas infecciones por el VIH.
Para ello, los esfuerzos tienen que concentrarse en 30 países concretos, la mayoría en el África subsahariana y el oeste asiático, donde se registran el 90% de las nuevas infecciones. Estos países solo pueden financiar el 10% de los recursos necesarios, por lo que la ayuda internacional de los países con más recursos es esencial.
Por ejemplo, comparemos la situación del SIDA en dos países muy distintos, como Canadá y Zimbabue, en África. En Canadá, aproximadamente, el 0,2% de la población está infectada por el virus VIH, en Zimbabue el 20%. En Canadá, el 80% de la población infectada por el VIH tiene acceso a los tratamientos antirretrovirales. En Zimbabue solo el 2%. Esto lo que significa es que en Canadá mueren anualmente unas 2.000 personas por SIDA y en Zimbabue más de 200.000.
Para conseguir estos objetivos, es fundamental insistir en la combinación de prevención, diagnóstico  y tratamiento. Según datos del CDC, más del 14% de la personas que viven con el virus VIH nunca han sido diagnosticadas. Todo el mundo debería tener acceso a las pruebas diagnósticas para, si el resultado es positivo, poder comenzar un tratamiento médico y poder reducir el riesgo de transmitir el virus a otras personas. Para disminuir la carga viral es esencial proporcionar cuidados médicos continuados y tratamiento antirretroviral a las personas con VIH. Solo el 37% de las personas con VIH reciben tratamientos anti-VIH. 

El SIDA en el mundo

Vídeo 4.1